Seguro que más de una vez te has deleitado con las páginas de una revista de diseño de interiores, disfrutando de sus pulcras y cuidadas imágenes, de esas perfectas estancias, de esa excelencia en el detalle e incluso imaginándote viviendo en algunas de esas inalcanzables casas. La casa en sí, su distribución y el gusto de sus dueños a la hora de ser decorada, tienen mucho que ver en ese deleite, pero la producción de la imagen, su planificación, su ejecución, así como su autor, tienen el poder para hacer que una foto sea un placer o un auténtico desastre.
De la misma forma, seguro que en alguna ocasión hemos visitado páginas de algún portal inmobiliario donde hemos podido ver fotografías difusas, poco atractivas, oscuras, mal enfocadas, sin detalles, o con el champú, la pasta de dientes y las sartenes sin fregar a la vista del espectador. O espejos en los que se ve el comercial-fotógrafo de turno, o la cama deshecha… y un sinfín de despropósitos que se podrían haber evitado con una buena planificación previa.
La fotografía de interiores es una de las ramas de la fotografía menos valorada. Bien es cierto que todo el mundo puede hacer una foto, pero siempre será la mano de un profesional, sus conocimientos y su técnica, los que consigan las mejores y más atractivas instantáneas. Una buena fotografía es determinante a la hora de decidir una compra, un alquiler o una reserva en un hotel. De hecho, y haciendo una analogía con el e-commerce, la foto es el producto. Y si la foto no es de calidad, se tiende a pensar que el producto tampoco lo será.
5 pasos para realizar un shooting de interiores perfecto
Como hemos comentado anteriormente, siempre es recomendable acudir a un profesional para realizar una sesión fotográfica de tu producto o servicio. Mucho más si se trata de fotografías de interiores, disciplina harto compleja si no dominas este campo y su tecnología. Pero también entendemos que una empresa no siempre puede permitirse o no ha planificado un “gasto” para este tipo de partida.
Es por ello que, os queremos ofrecer una serie de consejos o tips para que podáis “comenzar” a moveros en este mundo con el mejor resultado. ¡Atentos!:
- Planifica, planifica y planifica. Tirar fotos “a lo loco” sólo te va a multiplicar el trabajo en postproducción. Una correcta planificación de tu sesión te facilitará una buena selección posterior, menos horas de retoque y de trabajo.
- Ordena. Es vital que la imagen aparezca limpia y sin distracciones. No hace falta que redecoremos la estancia, pero sí que tengamos en cuenta los detalles, retirando los elementos innecesarios y que no aportan nada a la foto.
- Cuida los detalles. Como decíamos en la introducción, unos platos sucios o los zapatos en la entradita, pueden hacer que nuestro cliente salga corriendo despavorido. La imagen tiene que ser totalmente impersonal, a la vez que cercana, por lo que limitaremos sus componentes a los que exclusivamente queremos mostrar.
- Aprovecha la luz. Puedes utilizar la luz natural, la artificial, o bien combinar ambas: por ejemplo, luz natural para iluminar el entorno y luz artificial para jugar con la calidez, resaltar un detalle o una zona en concreto. ¡Importante! No usar flash, no mejora el resultado y sólo es sinónimo de reflejos y sombras duras. A no ser que sea un flash de estudio, que se puede usar como luz de relleno.
- Cuestiones técnicas a tener en cuenta.
- Usa aperturas pequeñas. Para captar con nitidez toda la habitación, es necesario usar la mayor apertura de diafragma posible, así se conseguirá una mayor profundidad de campo, apreciándose detalles tanto de primer plano como del fondo de la estancia.
- Reduce el nivel de ISO. Se recomiendan niveles bajos de ISO para obtener un mayor nivel de detalle y una menor cantidad de ruido, y conseguir así imágenes de gran calidad.
- Utiliza un gran angular. Captar toda la habitación en una sola toma es muy complicado. Con un gran angular puedes solucionar este problema. Aunque si no dispones de uno, siempre puedes utilizar la menor distancia focal que te permita tu objetivo.
- ¿Trípode? ¡Siempre! Con las recomendaciones anteriores y con estos niveles configurados en nuestra cámara, se hace necesario el uso de un trípode para evitar que la foto salga “movida”. Utilizaremos por tanto esta base o, en su defecto, cualquier superficie plana y fija donde pueda apoyarse fácilmente la cámara.
¡Ahora ya no tienes excusa para realizar tus propias fotografías de interiores!