Del artículo anterior podemos afirmar que un histograma es la representación de los pixeles de una foto y su porcentaje de luminancia. Por lo tanto el lado izquierdo del gráfico representa a los pixeles con menor porcentaje de luminancia, mientras que el lado derecho es el de mayor porcentaje de luminancia. En términos simples el lado izquierdo representa a las zonas oscuras de la foto y el derecho la zonas claras y de altas luces.
En la cámara
Si disponemos de una cámara que nos muestre un histograma podremos evaluar objetiva y anticipadamente la captura en términos de exposición, es decir podremos saber si la foto saldrá oscura o clara antes de disparar y en consecuencia ajustar los parámetros necesarios en la cámara. Para ello es recomendable configurar la misma para que nos muestre el histograma en el display al momento de la captura, o por lo menos en el momento posterior. En ese caso debemos tomar la pausa necesaria para analizar dicho histograma y realizar los ajustes necesarios de los parámetros para volver a realizar la toma en caso de no estar satisfechos con el balance de exposición que el gráfico nos muestra. A la vez dispondremos del tiempo para evaluar la composición de la foto, algo que siempre es bueno revisar tantas veces como sea posible en el sitio y momento de la captura que es único.
Las posibles representaciones de un histograma son:
Histograma con pico o barras sobre el extremo izquierdo: foto o porciones de fotos subexpuesta.
Histograma con picos o barras sobre el extremo derecho: foto o porciones de fotos sobrexpuesta.
Histograma con picos o barras sobre el centro: foto balanceada en exposición.
Histograma con barras que no llegan al extremo izquierdo o al extremo derecho: foto que no cubre todo el rango tonal disponible en la cámara. Resultará en una foto con bajo contraste.
Revisando analíticamente el histograma, si está volcado sobre la izquierda y con picos nos indica que la foto saldrá subexpuesta (oscura) tendremos las siguientes opciones con sus ejemplos a mero título ilustrativo:
- Retirar algún filtro en el lente, si lo tuviera. Aunques sea un skylight, algunas nos hacen perder un 1/3 de stop muchas veces crítico.
- Disparar con la fuente de luz a nuestras espaldas, da mejor cobertura al sujeto a fotografiar.
- Abrir mas el diafragma. Ej.: Si está configurado en f/5,6 modificarlo a f/4 o menos si fuera necesario (y posible).
- Reducir la velocidad de obturación. Si está seteada una velocidad de 1/250 bajarla a 1/125 o 1/60.
- Disparar con flash
- Incrementar la sensibilidad. En las máquinas en que podemos tener ese control, subir la sensibilidad por ejemplo de 200 ISO a 400 ISO o más. Tratar de no excederse en este parámetro y mantenerlo lo mas bajo posible. Claro que depende del tipo y calidad de la cámara. No es lo mismo una compacta que una reflex con lentes de ópticas refinadas intercambiables, está claro que esta última opción es la deseable pero la mas onerosa.
- Si tenemos la posibilidad disparar en RAW, esto nos dará mejor control y recuperación en la post edición.
En el caso de una foto sobre expuesta deberemos realizar las mismas operaciones desde el punto “a” al “g” pero a la inversa.
Si a pesar de haber tomado los recaudos necesarios en el momento del disparo aún así no obtenemos el resultado deseado por el motivo que fuere, tenemos todavía alguna oportunidad en la post edición. Pero se debe ser claro que hay que intentar agotar todas las opciones en el momento de la captura, la edición mejora algunas cosas pero no hace milagros. Una captura mal realizada, siempre lo será.
Con esto en mente podremos trabajar con un soft de edición de imágenes y corregir la foto.
El trabajo de post edición lo analizaremos en una próxima entrega.